Cuando tenemos unos kilitos demás, la mayoría buscamos dietas mágicas. Lo que muchas veces olvidamos es que muchas de ellas traen consigo el tan temido efecto rebote. Mantener o perder peso requiere cambios del estilo de vida y esto no se logra de un momento a otro. 

Con frecuencia olvidamos que lograr el peso ideal no es solo una cuestión de kilos, de contar calorías, sino de modificar nuestras conductas y actitudes hacia la comida.

Todos hemos hecho una lista de propósitos que no hemos cumplido porque nos planteamos metas irrealizables. Lo mismo sucede con los planes de alimentación: si no están sujetos a objetivos realistas, será casi imposible lograr lo que nos proponemos.

Al establecer objetivos inteligentes cubrimos objetivos saludables de pérdida de peso, pero también cambios de comportamiento: las cosas que realmente harás todos los días para ayudarlo a alcanzar su objetivo general de pérdida de peso.

¿Qué es un objetivo inteligente? ¿Cómo lo determino? Acá te ofrecemos una serie de tips para que puedas elaborarlos:

• Debe ser específico: mis meriendas entre comidas serán frutas, no galletas. Me daré el tiempo necesario para comer.
• Debe ser cuantificable: comeré tres porciones de frutas al día. Tomaré dos litros de agua al día. No comeré en 10 minutos sino que me tardaré media hora.
• Debe ser factible: los “miniobjetivos” son más fáciles de cumplir. En vez de plantearte eliminar los lácteos completamente, por ejemplo, incluye leche descremada o limita el queso a una pequeña porción al día.
• Debe ser relevante: Tú te conoces más que nadie, sabes lo que te gusta, necesitas y quieres, así que elige metas que funcionen para ti.

¿Por qué establecer objetivos alcanzables?

Establecer metas inteligentes te ayudará a elegir alimentos más saludables. Comienza con unos pocos a los que puedas apegarte en lugar de atiborrarte de listas que sabes que no cumplirás. Para que perduren, los cambios deben ser progresivos.

Por otra parte, mantener un diario de alimentación puede ser un buen incentivo. Ver documentados los cambios en tu dieta y tu progreso es una gran motivación. Además, te permitirá identificar los obstáculos que te impiden cumplir tus logros y trabajar anticipadamente para evitarlos. Mide tu éxito y felicítate por cada pequeño logro.

¿Qué pasa si las cosas van mal?

¡Es normal! Es probable que haya momentos en que otras cosas se interpongan en el camino para lograr los objetivos: presiones familiares, períodos de presión en el trabajo, vacaciones, enfermedades. Pero siempre puedes regresar al recordar cuáles fueron tus motivaciones iniciales para perder peso, ver tus logros y retomar tu lista de objetivos.