Al prestar mucha atención a cómo te sientes mientras comes: la textura y los sabores de cada bocado, las señales de hambre y saciedad de tu cuerpo, cómo los diferentes alimentos afectan tu energía y estado de ánimo, puedes aprender a saborear tanto la comida como la experiencia de comer.
Ser consciente de los alimentos que comes puede promover una mejor digestión, mantenerte lleno con menos e influir en elecciones más sabias sobre lo que comes. También puede ayudarte a liberarse de los hábitos poco saludables relacionados con la comida y la alimentación.
Además, comer conscientemente puede ayudarte a:
Para practicar la atención plena, debes participar en una actividad con total conciencia. En el caso de la alimentación consciente, es importante comer con toda tu atención en lugar de hacerlo con un "piloto automático" o mientras lees, miras tu teléfono o la televisión, sueñas despierto o planeas lo que harás más tarde. Cuando tu atención se desvíe, devuélvela sutilmente a la comida y a la experiencia de cocinar, servir y comer.
Al principio, intenta practicar la alimentación consciente durante períodos cortos de cinco minutos y aumenta gradualmente a partir de ahí. Y recuerda: puedes comenzar a comer atentamente cuando estés haciendo su lista de compras o navegando por el menú de un restaurante. Evalúa cuidadosamente cada elemento que agregues a tu lista o elija del menú.