No hay tiempo para prolongar la toma de decisiones. El mundo es cada vez más cambiante. La velocidad en que lo hace puede dejar atónito a más de uno, pero en el mundo de los negocios, donde cada proyecto es fundamental para mantenerse competitivo, no hay tiempo de posponer decisiones en el desarrollo de productos, especialmente de software.
El benchmarking se define como ese proceso de investigación industrial que consiste en comparar procesos, servicios, productos, ideas y prácticas con las compañías del sector consideradas más importantes, es decir, las competidoras más fuertes.
El bienestar deriva en lealtad y buenos resultados para la organización. Esa es la idea que debe mantenerse como uno de los principales impulsos de los responsables de gerenciar el talento humano en cualquier organización.
Desde hace años escuchamos hablar del burnout o el Síndrome del Trabajador Quemado, pero fue en 2019 que la Organización Mundial de la Salud lo reconoció como una enfermedad laboral. El Síndrome del Trabajador Quemado es un trastorno psicológico
La pandemia por coronavirus nos tomó a todos por sorpresa. De un momento a otro pasamos de tener una rutina que nos permitía ir a la oficina y tomar un café con los compañeros de trabajo, a estar confinados en casa, por nuestra salud y la de los otros. Nos tocó, repentinamente, aprender a teletrabajar y a teledirigir.
La forma de vida que tenemos a raíz del coronavirus llegó para quedarse. Aunque puede que ya no sea una pandemia, es un virus que estará presente entre nosotros por un largo tiempo, al menos hasta que se encuentre una vacuna, algo para lo que pueden faltar meses. Las medidas de confinamiento adoptadas por los países obligaron a las organizaciones a adaptarse de inmediato y el teletrabajo se impuso en muchos casos.
El COVID-19 ha cambiado la vida laboral: cómo y dónde las personas hacen su trabajo. Grandes empresas como Twitter y Facebook han anunciado que han dado a sus empleados la opción de trabajar desde casa permanentemente. Aunque no todas las empresas pueden hacerlo, sin embargo todas sí deben aplicar las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para minimizar la transmisión y el contagio de la enfermedad.